domingo, 27 de abril de 2014

La cola...

... la del motor, que está permanentemente sumergida en el pozo, y se deteriora bastante con la adherencia de diversa flora y fauna marina.

El otro día estuve hablando con un amigo que tiene un barco con el fueraborda sumergido en un pozo, y me dijo que lo sacaba cada tres o cuatro meses... yo que llevo un año sin hacer caso al motor, me entró cargo de conciencia y esta mañana me decidí a sacarlo, limpiarlo y darle un poco de patente.

Dicho y hecho, después de haberlo sacado una vez con la ayuda de mi padre, ya me sabía el camino.


Con la ayuda de una llave de carraca, unas mantas viejas del IKEA para apoyar la cola del motor en la cubierta y en la bañera, lo saqué del pozo (el motor no pesa más que mi hijo mayor).


Limpié la cola en el pantalán con una espátula y un estropajo y despejé la rejilla de admisión de agua. Debajo de las rampas de acceso a los pantalanes (pues hacía mucho viento para el espray) y encima de las mantas, pinté la cola y la hélice con un antifouling específico, dejando sin pintar el ánodo de sacrificio.

Mientras se secaba, y antes de meterlo de nuevo en el pozo, estuve barnizando algunas zonas del interior con un LASUR de poro abierto.

Así que tampoco es tan grave, hay que hacerlo más a menudo

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