domingo, 25 de mayo de 2014

Tripulación

 Esta es mi tripulación habitual. Mar, Ignacio y Sofía.

Estos primeros cuatro años, con los niños tan pequeños, fundamentalmente hemos fondeado en varias playas tranquilas dentro de la bahía de Santander y dormido algunas veces en el Puntal. Ahora os contaré como nos las apañamos en un barco pequeño con dos niños muy pequeños y que a veces, parece un "saco de gatos".

LOS NIÑOS NO SE DUERMEN LA SIESTA, y menos todavía, los dos a la vez, por tanto, tampoco la duermes tu tampoco. Si vais con niños, olvidaros de echar una siestita después de comer. Sofía se queda más fácilmente dormida, pero Ignacio es más difícil. Les puedes entretener dentro, durante las horas de más calor, con una película de dibujos animados con un DVD portátil o un iPad. A partir de los tres años, se entretienen pintando o con algún juego de mesa como el dominó.


 Esta foto, no es que sea mentira, pero es extraordinaria, es más fácil alinear cinco planetas. 


En cuanto a equipamiento infantil, no debe faltar de nada, que tiene que estar permanentemente en el barco, pues más de una vez, nos hemos quedado sin ir a la playa, o hemos tenido volver a casa, porque faltaban potitos, toallitas, pañales o chupetes... 

Para refrescar a los niños, teníamos una bañera rígida que se llenaba de agua salada por la mañana, se dejaba calentar al sol y por la tarde les dábamos un baño. Luego, con la ducha solar, llena de agua dulce, que también se había estado calentando durante el día, les enjabonamos, aclaramos y se van duchados para casa.

Ignacio en la bañera (en la bañera), con Mar embarazada de Sofía.


Un cambio de pañales en Pedreña, mientras esperamos la marea para salir.


Durante los trayectos, los niños, que no saben nadar, si van fuera, con chaleco y sin salir de la bañera. A la proa solo van acompañados, y cuando estamos fondeados. Las navegaciones son a motor o a vela "suave", sólo con el génova y sin permitir que el barco escore mucho.

Algunas noches, que nos hemos quedado a dormir en la playa del Puntal o en la playa de Pedreña (si la marea lo permite), han dormido en la litera de proa, sin dar ninguna guerra. Como en casa, está la guardia de los madrugadores y la guardia de los dormilones.

Amanecer en el Puntal.






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