martes, 21 de octubre de 2014

Los cuarteles de invierno

No son los de Napoleón, cuando se retiraba a los cuarteles de invierno, a esperar a que el tiempo mejorase para conquistar nuevos territorios. Son los cuarteles del Savreh, que al menos dos veces al año hay que ocuparse de ellos.

Siempre les he barnizado con barniz satinado con un poco de tinte, pero con la humedad y el sol, sobre todo con el sol, se acaban desprendiendo trozos de película, por el hueco entra agua, se empieza a ennegrecer la madera y el barniz se desprende cada vez con más rapidez. Antes de que los daños sean irreparables, toca lijar (mucho) y volver a barnizar.

El cuartel inferior, por el lado de babor, se conoce que más expuesto al sol y la lluvia está mas dañado, el barniz desprendido y oscurecido por hongos.

Estos días, coloco los cuarteles originales en el barco, que están muy viejos y no los mantengo. Los que realmente están en uso, los llevo a casa, y en la cocina, mientras no ponen nada en la tele, esta vez les he aplicado LASUR de poro abierto. Previamente los he lijado un poco.

Los cuarteles, en la cocina, secándose.

Sobre todo, hay que incidir en el perímetro, en los cantos del contrachapado marino, ya que en estas zonas las fibras de la madera, por capilaridad, absorben más agua. Además, la parte inferior que apoya en la canal del carro de la mayor, está permanentemente mojada.

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