sábado, 15 de noviembre de 2014

Escapada furtiva

Viernes por la mañana, hace bueno, en la oficina no hay ningún  trabajo urgente, me paso por una obra que tengo en marcha en Santander, a las 12:00 voy a Puertochico y salgo sólo con el barco.
Sopla Sur flojo, unos 5 o 7 nudos según windfinder y la marea está empezando a bajar.


Estas escapadas no previstas son una gozada, la bahía para mi solo, algún bote maganero que regresa a puerto y tres 49´ers entrenando en el páramo En cuanto te alejas un poco de Santander no se oye un ruido. Lo mejor: ¡que el resto del mundo está trabajando!

El barco está sin velas así que, en cuánto me asomo un poco por la bocana, pongo el motor en punto muerto, quito las defensas, aparejo el génova, apago el motor y se hace el silencio.



Voy a un descuartelar hacia la playa del puntal y despacio debido a la corriente de marea y al poco viento, llego hasta el segundo embarcadero. Los dos chiringuitos están cerrados a cal y canto hasta el próximo verano. Del primer embarcadero han quitado tablas del suelo para que no se pueda desembarcar en él. Por toda la playa sólo pasa algún corredor ocasional y paseantes con perros.


La rutina diaria me llama de nuevo y tengo que regresar. Viro y vuelvo a Santander. El génova lo doblo en el pantalán y lo vuelvo a guardar. He disfrutado de hora y media de sol y tranquilidad. En la época del año que estamos, vale el doble.

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