jueves, 14 de julio de 2016

Ayer vino la abuela.

Ayer vino en el barco mi madre. Fuimos al Puntal a darnos un cole. Estos días inestables, con viento de NW, al final pueden salir muy buenos. Por la mañana diluviaba y la tarde se estaba quedando muy buena.

Los niños y yo quedamos con mi madre a las 17:00 y fuimos al puntal a motor. Sofía llevó la caña a la ida e Ignacio a la vuelta. Desembarcamos en el puntal, donde no había casi nadie, merendamos y nos dimos un baño. El agua estaba buenísima y pasamos un buen rato.

Os enseño la grúa que me he apañado para izar el bote al barco. Pesa más de 25 kg, pero ahora me fío más del herraje de la polea de la driza del espí (después de que casi me costase un diente) e izando hasta las crucetas una polea winche, me permite izar el bote y posarlo en la proa boca abajo. Casi no hay que hacer fuerza para elevarlo y lo traslado colgado por el finger del pantalán hasta el agua. Sufren menos los candeleros, el bote y sobre todo, mi espalda. El palo y los obenques se supone que aguantan, el herraje y los remaches seguro que si, y en la etiqueta de la polea de la driza, ponía que aguantaba 250kg.

Ignacio parace que no se fía del rumbo que lleva Sofía.

Regata de optimist.

La grúa.

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